El mantenimiento como fuente de rentabilidad en un taller

Por: Ing. Emmanuel Zúñiga Téllez/Moisés Cruz

 

 

Un buen sistema de Mantenimiento nos ayuda a controlar, optimizar y mejorar los procesos, aumentar la disponibilidad de los equipos, permitiendo tener más tiempo y aumentando la rentabilidad. Contar con personal bien formado, disponer de herramientas adecuadas y utilizar tecnología nos ayuda a realizar las tareas de mantenimiento, una correcta gestión comienza por definir los objetivos y diseñar la estrategia del sistema de mantenimiento. Hoy en día la mayoría de los Centro de Reparación no toma en cuenta este punto ya que el único mantenimiento que se conoce es aquel que se realiza para corregir fallas o alguna recomendación del proveedor.

 

 

El mantenimiento es especialmente importante en los recursos requeridos para la producción de bienes y servicios. Así, por ejemplo, una maquinaria necesaria en un taller y de la que dependa la producción tendrá seguramente personal que vele día a día por su buen funcionamiento, realizando los mantenimientos necesarios para que esta circunstancia se dé con regularidad.

 

 

Se puede realizar una distinción entre los distintos tipos de mantenimiento a efectos de dar cuenta de un panorama extenso de las posibilidades que pueden acarrearse. Así, podemos hacer referencia a los siguientes tipos de mantenimiento:

 

 

  1. Correctivo: es un mantenimiento vinculado a la conservación, esto es, un conjunto de actividades orientadas a revertir el deterioro causado por el uso, este tipo de mantenimiento genera mayor costo y menor disponibilidad del equipo (es el más utilizado en la actualidad).
  2. Preventivo: es un mantenimiento que intenta evitar que existan problemas y deficiencias en el futuro, esto con una buena planeación ayudara a la optimización del equipo.
  3. Predictivo: es un mantenimiento que se aplica con el objetivo de detectar posibles fallas y defectos de maquinaria en las etapas incipientes para evitar que estos fallos se manifiesten en uno más grande durante su funcionamiento, evitando que ocasionen paros de emergencia y tiempos muertos, causando impacto financiero negativo. Su misión es conservar un nivel de servicio determinado en los equipos programando las revisiones en el momento más oportuno. Suele tener un carácter sistemático, es decir, se interviene aunque el equipo no haya dado ningún síntoma de tener problemas.
  4. Autónomo: El mantenimiento autónomo es el pilar más importante del TPM (Mantenimiento Productivo Total) y busca que los operadores sean responsables de los mantenimientos más sencillos que requieren los equipos como por ejemplo, la limpieza diaria, las revisiones, ajustes, etc., con esto se busca ahorrar tiempos y reducir costos.

 

En áreas críticas donde los equipos deben estar siempre operativos existen protocolos y un alto grado de sofisticación en lo respectivo a tareas de mantenimiento. Esto sucede principalmente porque una falla cualquiera puede redundar en pérdidas económicas de consideración, por lo que es preferible asumir costos de personal dedicado especialmente a esa tarea.

 

 

Con esto nos lleva a una pregunta que nos podemos plantear a la hora de optimizar la gestión de mantenimiento del taller, ¿debemos formar a nuestros empleados o quizá es mejor subcontratar el servicio de especialistas en una materia determinada?

 

La verdad es que es complicado responder a esta pregunta, ¿o quizá no? Al final, la decisión debería tomarse en función de la utilidad y rentabilidad de cada una de las opciones.

 

 

Pongamos como ejemplo el mantenimiento a una cabina del área de pintura, este equipo es uno de los más importantes dentro del taller y el cual debe estar siempre disponible ya que nos da la pauta para la operación.

¿Qué mantenimientos son los que puede realizar el personal de taller?

  1. Mantenimiento autónomo: se puede decir que este es el principal mantenimiento que se tiene que realizar por el personal de taller ya que no requiere de una capacitación debido a que está integrado a su proceso de trabajo, en el cual encontramos la limpieza que debe de cuidar el personal (evitar aplicar dentro de cabina materiales de fondo, masillas, así como no lijar y desenmascarar), además de la revisión de filtros, lámparas y presión de aire.
  1. Mantenimiento preventivo: para este paso lo recomendado es que el personal de taller realice los trabajos con una capacitación previa, con lo cual se logra ayudar a bajar costos de mantenimiento hasta en un 50%, en esto encontramos el cambio de todos los consumibles (filtros de piso, plenum, de bolsa y lámparas), limpieza de piso y paredes, aplicación de líquido anti polvo para paredes entre otros.
  1. Mantenimiento predictivo: como ya lo hemos mencionado con anterioridad este en un tipo de mantenimiento que está enfocado más al detalle y que lleva más tiempo de trabajo, es por ello que para este tipo se recomienda de personal especialista (subcontratar el servicio), algunos puntos que se deben revisar son; calibración de quemador, cabina en general y motores, de este último también requerirá un ajuste de sus partes principales.

 

 

Para finalizar, a la hora de decidir si es aconsejable la formación de los empleados o la subcontratación del servicio, es imprescindible analizar los diversos factores que pueden influir en dicho servicio para ver la idoneidad de la opción a elegir, para el caso específico de la cabina de pintura se pudo observar que el personal operativo llega a ser indispensable para el mantenimiento tomando en cuenta una responsabilidad en el uso de este equipo llevándolo de la mano con un equipo de mantenimiento especialista a un nivel de utilización óptimo.

En conclusión el llevar una buena gestión del mantenimiento de los equipos nos llevara a rentabilizar el negocio, optimizar los tiempos de utilización del equipo y a tener una buena calidad en el producto o servicio que estemos ofreciendo.

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