Imagen corporativa en el CDR

Imagen corporativa en el CDR

Por: Juan de Dios Vilchis Lovera, Consultor.

 La identidad corporativa o identidad visual (IVC) es la manifestación física de la marca.

Hoy por hoy no es posible concebir el desarrollo de una empresa y conseguir la satisfacción deseada para el cliente, si éstos no están ligados íntimamente a la identidad corporativa, es decir el aspecto que asumirán los medios expresivos de los que se sirve el centro de reparación para llegar al consumidor y bien a la opinión pública.

La imagen corporativa o imagen institucional en la organización, nos permite diferenciar a primera vista la identidad de una empresa, sea cual sea.

Esta imagen queda registrada en la mente del consumidor como, el registro público de los atributos de la organización.

Recordemos que un cliente que acude a la atención de su siniestro a el centro de reparación, es ya de por sí, un cliente enojado. La lectura de aquel cliente asegurado, tercero o particular, que tiene sobre el asesor de carrocería y pintura quien tradicionalmente lo recibe, saluda, e invita a pasar a sus instalaciones, equivale exactamente a la percepción que tiene de las instalaciones del centro de reparación, es decir la primer cara al cliente, o bien la primera impresión al cliente.

Este desarrollo de imagen es un instrumento fundamental de la estrategia de una empresa, para distinguirse de sus competidores, posicionarse en el mercado, e incluye conceptos que van desde la fachada, estacionamientos, sala de espera, sanitarios, el uniforme que porta el asesor que recibe al cliente, etc., hasta conceptos tan simples como el protector de tapete y alfombra que el asesor coloca al momento de realizar el inventario del vehículo,  la gestión de este instrumento operativo no es solamente cuestión de diseño, sino que constituye un esfuerzo multidisciplinario.

La imagen corporativa está formada por diversos componentes que al trabajar conjuntamente permiten posicionar a la empresa en la  mente del cliente y mencionamos algunos:

Algunos de estos son:

1. El nombre de la empresa. De este depende la  primera impresión que los clientes se llevan de una empresa. Por ello, la importancia de escogerlo correctamente. Se recomienda que el nombre tenga relación con la esencia del negocio, pero también que sea breve, fácil de recordar y  lo suficientemente creativo como para distinguirse de la competencia.

2. El logo, suvenires, folletos.   Puede ser  logotipo (compuesto de palabras),  isotipo (de imágenes) y el isologotipo (combina tipografía e imagen). El logo debe ser comprensible por el público y atractivo para los potenciales clientes. Por ello, en el momento del diseño, deberá considerar tanto a sus clientes como a la competencia, y el mensaje o idea que desea transmitir. Así mismo podemos ver en este rubro, tarjetas de presentación, folders, trípticos y otros más mercadológicos como chamarras, playeras, termos, etc.

3. El eslogan. Para que tenga efecto, es necesario que sea una promesa sobre los beneficios del producto o servicio que su empresa ofrece y que los diferencia de la competencia. Debe  una impresión de prestigio y credibilidad a su negocio. Es de gran efectividad que sea original.

4. El sitio web. Actualmente se vuelve  fundamental contar con un dominio propio, que puede ser con el mismo nombre del taller o bien alguna palabra relacionada al negocio. El diseño debe ser amigable y fácil de manejar, para el cliente quien debe poder informarse fácilmente sobre la empresa, sus productos y como poder adquirirlos, también ha cobrado gran relevancia esta herramienta en la parte de seguimiento de la reparación e informar al cliente del status de su vehículo.

Lo importante es que todos los elementos detallados  sean parte del quehacer diario y de la cultura corporativa de la empresa, con el fin de generar reconocimiento e identificación no sólo por parte de sus clientes, sino también de sus propios trabajadores.

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